Hay sucesos en la vida diaria que por ser hechos fuera de lo corriente te hacen gracia en ese momento pero que más tarde, después de rumiar ese suceso ya no hace tanta risa. El hecho que presencié fue concretamente cómo una señora más bien bajita agarraba una de sus zapatillas y la golpeaba a conciencia contra un banco. Luego la miraba detenidamente y volvía a arremeter con la pobre zapatilla.La situación hace gracia sí, pero si lo piensas bien: ¿qué le había hecho esa zapatilla para maltratarla así? y ¿cuántos golpes necesitaría propinar para quedar satisfecha? Yo voy más allá e imagino que es como una alegoría a la vida; recibes golpes por todas partes que no sabes muy bien a qué vienen pero aún así aguantas con la paciencia de un santo porque en el futuro esperas que después de tantas hostias te toque algo bueno de verdad...
Pero va a ser que no.
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1 comentario:
Vamos a ver Artunante.... a quien estaba pegando era al banco, no a la zapatilla....
Tal vez sería bueno pensar de vez en cuando en las dos partes porque seguro que le encontramos alguna explicación a las hostias que nos llevamos a diario.....
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